lunes, 13 de julio de 2009

Libros

Hoy me han regalado unos veinte libros. Me han dejado elegir entre varios cientos... Qué gozo, una pena que tuviese prisa y a mis tres hijos rodeándome entre libros y trastos. Sólo he podido empezar Entre el amor y la muerte de Gustave Thibon. Parece apasionante, se trata de una entrevista al intelectual francés. Me he enterado en el prólogo de que el tipo es autodidacta. Que hubo de dejar la escuela a los doce años para trabajar en el campo con su padre, agricultor y poeta, y que luego pudo ir formando su cabeza gracias a la poesía de su padre y a que un amigo puso a su disposición una completa biblioteca de filosofía. Luego se dedicó a estudiar teología, botánica, ... (cuando uno estudia filosofía en serio ésta se le queda siempre corta, quizá sea una de las principales virtudes de la filosofía, en contra de lo que muchos piensan, es la ciencia que abre puertas sin fin, en oposición a las ciencas que cierran por vacaciones hasta nuevo aviso). Allá por el año 1993 una persona cuya sabiduría he reconocido hoy -manda narices- me recomendó que leyera a Thibon. No lo hice, lo intenté, pero como no era fácil de encontrar, desistí pronto y supongo que fue entonces cuando descubrí a Cortázar o a Octavio Paz (tengo que copiaros aquí Instrucciones para subir una escalera, un cuento de una página de Cortázar.
Pero sobre todo -aparte de una versión bilingüe de la Retórica de Aristóteles y varios libros muy valiosos de la historia de España, me he encontrado lo que creo aventurar que es una joya, para mí desconocida, A lo largo de la vida, la primera obra en prosa de Rilke. Ya os contaré. Aunque mi proyecto más inmediato de lectura es el libro de inminente publicación de Eduardo Lostao, Levinas o la cumbre de la filosofía postmoderna. Julio es lo que tiene.

lunes, 6 de julio de 2009

Julio

El otro día me escribió un amigo animándome a dedicarle algo de tiempo al blog. Voy a intentar ser fiel a este compromiso, en julio. En agosto volveremos al desierto y me propongo que, en septiembre, con el inicio de la liga, vuelva a ser un espacio para el diálogo entre amigos.
Mañana San Fermín: Pamploneses, pamplonesas,... De julio siempre recuerdo que es uno de los meses en los que más énfasis se pone en hablar del tiempo, ese vicio malsano por hacer de la vida algo en lo que nos jugamos qué ponernos cada día. Hoy le decía a Eduardo que ya no puedo ponerme teórico, especulativo, porque me da por pensar en la muerte. Pero es sin duda mucho mejor que pensar que este verano viene apretando fuerte o que el fin de semana puede haber tormentas.
Lo mejor: un ventilador de lámpara. El otro día nos invitaron a pasar un fin de semana en una casa en la que la habitación que amablemente nos dispusieron, tenía un ventilador de estos. Es sensacional. Apenas notas el leve silvido de las vueltas, lo que, en condiciones normales, facilita el sueño, ayudado por la suave brisa del aire removido. Pero hay mucho más; te encuentras con la conciencia de estar "dándole vueltas" al ventilador, lo que te permite olvidarte de que hace calor. El domingo oía a una persona sabia decir: "siempre quejándonos del calor, esto no es calor ni es nada -sudábamos mientras hablaba-, es simplemente un ambientillo". Tiene razón: el calor sofocante, el que no permite dormir ni aun abriendo las ventanas y provocando corrientes, es el que te dice: "y mañana se prevén vientos del sur y un anticiclón insoportable", mientras te pierdes julio, como hiciste con febrero de lunes a viernes.
Yo prefiero ir a la presentación de Kaká y de Ronaldo, a ver qué se cuece.
Hoy en el Bernabeu, las no sé cuantas mil personas comentaban: "pues hace buena noche" y pensaban para sí lo que me decía Eduardo, que Florentino va a vover a caer en los mismos errores. Yo creo que sí, que julio lo hacen aburrido los comentarios acerca del tiempo, y nos aguarda con presagios de mal porvenir, nacidos del vientre satisfecho y las piernas perezosas.
Pero llegará agosto, repleto de estupideces. No bajemos la guardia, que en las playas hay más modorra mental que arena y más pensamientos infructuosos que en una presentación multitudinaria en la catedral del fútbol de las estrellas que, como lo políticamente correcto, son cada temporada diferentes.
Ojo al tema de las centrales nucleares, que ser ecologista ahora no se sabe qué significa. Pasa lo mismo que con "extremo" o "media punta". Propongo, para seguir la coña de los calificativos acerca de las posiciones políticas, que Simao es extremo y Robbin es extremista, por si hiriese alguna sensibilidad. Por cierto, ¿adónde va la estrella acerca de la cual Marca preguntaba en su encuesta de marzo -qué mes más frío hemos tenido- si era él o Messi el mejor del mundo? Abrazos