miércoles, 5 de enero de 2011

La vida es nueva


Propósito para el 2011: mantener vivo este blog (resulta curioso que "bitácora" suene hortera, al menos a mí me lo parece -ambas cosas, que resulte curioso y que suene hortera-).

En este año y medio de silencio se han sucedido un buen número de noticias magníficas en la vida de los españoles, empezando por la consecución del campeonato del mundo de fútbol. Aquello, que no olvidaremos en mucho tiempo, supuso una cumbre para nuestra "conciencia de clase" que, frente a lo supuesto por Marx, tiene otra lectura, a saber: ser conscientes de que tenemos mucha categoría. Junto con ello, hemos sido testigos del definitivo derrocamiento del sistema financiero internacional, pero, siendo justos, hemos sido sobre todo víctimas del derrumbamiento de la clase política. Ahora sabemos que su conciencia de clase no coincide con nuestra conciencia de su clase.

Tengo la impresión de que hablar de política nunca fue un tema tabú en la España libre; hoy, desgraciadamente, es una cuestión que preferentemente hemos de evitar para no enfurecernos.

Uno de los acontecimientos que de modo más gráfico retrata la España del 2011 es la cervecería Santa Bárbara de Madrid, Goya esquina con Alcalá, vacía a las 13:00 horas del pasado 3 de enero, con una terraza repleta adornada con estufas en las que unos cuantos fumadores se toman una caña para congelar sus manos. Para romper con la tradición, Beatriz y yo pasamos de largo. La nueva ley contra el tabaco es el reflejo de la nueva España, muerta merced a sus leyes, viva, sin embargo, gracias a sus gentes; muchas de ellas en paro. El pesimismo que se respiraba el 31 de diciembre pasado por la mañana, en los bares, contrastaba con la imagen que todos conservamos de la misma situación en finales de años anteriores. No sé cuál será la fotografía el 31 de diciembre próximo, pero intuyo que, por civilizados, consentiremos en la opresión de la ley. Lo que veremos, previsiblemente, es un montón de bares cerrados.

"Lo mejor es dejar de fumar". Del "no podemos conducir por ti" al "queremos que no fumes por ti". La lista de ambiciosos proyectos para que el Estado sustituya el papel de los padres y las madres contrasta con la nueva manera de entender el concepto de familia, compuesta ahora por individuos a los que unen ciertos lazos pero que son, primariamente, ciudadanos. Soy ciudadano antes que hijo y antes que padre, y antes que marido y antes que persona y sólo después de nacido, si así lo decide, ejerciendo su derecho, mi progenitora. Esta es la realidad. La vida es bella, buena y verdadera. Y por añadidura, siempre nueva.

Que no se pueda legislar sobre el grado de optimismo que una persona puede poseer es un alivio, incluso para aquellos que no comprenden que la realidad llama SIEMPRE al optimismo. Me parece que la crisis económica es mucho menos acusada de lo que lo es la crisis mental. El problema añadido podría ser que la primera ahondase en la segunda. Más bien, sin embargo, todo parece indicar que será más bien al contrario y que la crisis del bolsillo nos despertará del letargo intelectual. Como dicen los chateantes de Marca, "si no, al tiempo", que podría traducirse como "si crees que no tengo razón sólo tienes que esperar; para cuando podamos comprobar si estaba en lo cierto, ya te habrás cansado de la espera" Pues eso. Una alegría.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

El caso es que, con la entrada en vigor de esta nueva "ley seca", yo había empezado a fumar en la oficina desde el día 3.

Al llegarles el olor de mi cigarrillo, mis compañeras abrieron un intenso debate. Intenso y documentado, como suelen ser últimamente estas cosas, en una sociedad plagada de titulados universitarios. Una de ellas incluso llegó citar entre su bibliografía el telediario del medio día, según el cual 1700 personas mueren al año debido a su condición de fumadores pasivos.

Pero entonces el ABC va y me cuenta que el 61% de lo que gaste en tabaco se lo llevará el Zopenco de la Moncloa para sus tareas de ingeniería social.
Esa sí es una buena razón para dejar de fumar.

Saludos, y bienvenido.

El Samu

Anónimo dijo...

Vamos, podemos verlo de mil modos, pero el no fumar en los bares, cafetarías y restaurantes (donde demasiadas veces hay niños pequeños) es muy sencillo: «no queremos que fumes por nosotros» (o «queremos que no fumes por nosotros», si se prefiere).

Anónimo dijo...

O, como diría Yoda:
"que no fumes por nosotros queremos".

Aunque también los padres podrían cortarse un pelo, y no llevar a sus pequeñines a lugares llenos de humo.
Yo, por ejemplo, nunca los llevo conmigo cuando me dejo caer haciendo puenting.

El Samu

oscar pintado dijo...

El Tribunal Constitucional ha declarado lo siguiente, en relación a la educación para la ciudadanía, pero que es aplicable al debate presente: “La libertad ideológica del menor no puede quedar abandonada a lo que puedan decidir quienes tienen atribuida su guarda y custodia o su patria potestad”.

Estoy muy de acuerdo en que los niños no respiren los humos de los fumadores, pero el problema es de libertad antes que de salud. No quiere ello decir que la salud sea algo secundario, sino que es fundamental detectar qué está en juego en cada partida.

La imagen de una estupenda: cervecería de la Plaza de Felipe II el otro día es colosal. 12:30 del mediodía, principios de enero. Una camarera aburrida y tan sólo dos clientes: una madre y su bebé, al que ella endosa un potito. ¡Estas son las cervecerías que queremos!, podrían gritar quienes defienden la nueva ley.

Yo pienso que defender esta ley es adoptar una posición anti-societaria; va en contra de los vínculos básicos de la estructura social para cualquier sistema de ideas conocido, incluido el socialismo de raíz roussoniano.

Anónimo dijo...

Lo del Tribunal Constitucional no entiendo qué puede aclarar aquí (porque además, en el mejor de los casos, no deja de ser una argumentación a medias).

Respecto a libertad contra salud, es más complicado, porque así está planteado de un modo absolutamente abstracto.

Dejando a un lado los niños, la cuestión es la salud y la libertad de quienes no quieren fumar respecto a la libertad de quienes quieren fumar (porque su salud está después que su libertad, por su propia decisión).

Anónimo dijo...

Oiga, ¿no había hecho no sé qué propósito ...?

El Samu