martes, 30 de septiembre de 2008

Amor o nada

Nada es por azar, sino que de nuestro desconocimiento siempre renace, expandida hacia el porvenir, una expectativa incontrolable que se parece a la esperanza en el gesto, aunque posee de diferente forma el corazón en su palpitar, pues aquélla rebosa presente en espera y la última vive ya sólo de eternidad. La expectativa se parece al optimismo, la esperanza a la fe. Del azar brotan siempre nuevas semillas de vida que el conocimiento recoge en forma de flor, pero jamás de fruto. El azar es un "ahora" en el tiempo, el amor una salvación que ya ha redimido el hecho de haber nacido. Y, sin embargo, renacer es su paradójica vocación, a cada momento, de modo que cada acontecimiento casual en el mundo parece seguir una lógica, un plan preestablecido o ley natural. Esto vuelve a ser el conocimiento como flor del azar. La realidad, con todo, no es ni azar ni conocimiento, sino eternidad. El permanecer de lo minúsculo en su estadio a media luz, medianías que surgen de la grandeza de todo "merecer la pena". A quien ama le salvan desde fuera porque él elige que le llamen por el nombre que le regalaron. Y cada gesto de amor es un renacimiento por ser un regalo impagable, una deuda más allá de toda equitativa restauración. En este sentido, amor, con amor no se paga. Lo nuevo no sabe a azar, a espontaneidad ni a descubrimiento, lo absolutamente nuevo es lo que de otro hay en otro al que puedo llamar-le tú en la confianza de ser entendido antes del propio lenguaje, en la confianza de la deuda mutua que denominamos existir. Si me llamas, voy. Teníamos la semilla del azar y la flor del conocimiento, el fruto es algo que sólo alcanza al vivir mismo, cada cual lo sabe, no ya en lo íntimo de su ser, sino en la dicha de saber que nada queda nunca del todo dicho, o sea, conocido. Y por eso agradecemos tener futuro. El que sabe mirar puede ver, quien ignora lo que tiene alrededor, sólo se tiene a sí, y no anhela conocer más. Entonces surge, en las antípodas de la búsqueda de la verdad, la opinión, como el lastre de nuestro excusarnos a nosotros mismos. ¿Ante quién? ¿Quién pide excusas? ¿Quíén quiere nuestras excusas? Una excusa no es una explicación. La explicación exige mucho más, por eso no solemos acertar a darla. “Lo sé, pero no lo sé explicar”. O sea, no soy capaz de enfrentar la responsabilidad de saber lo que digo, porque me da demasiado miedo oler, aunque tan sólo sea a lo lejos, la verdad acerca de mí: que me importa un bledo la realidad mientras a mí me vaya bien o me aplaudan. Quien se excusa suele esperar el aplauso cuando cree que lo ha hecho bien. Y si no obtiene el aplauso, lo merezca o no, pide … ¡una explicación! La busca por todas partes, ahora sí, averigua todo lo necesario para dibujarse un paisaje de su fracaso. Porque no puede ser. Y así pretende fundar la realidad y sustituye el “Ama y haz lo que quieras” de San Agustín por un “apláudeme y haz lo que quieras”. Y añade, con falsa humildad: “todo es azar”. Y no. Hay amor o nada.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Despues de releerlo unas cuantas veces, creo que ya he entendido algo, y es que hasta desde casa voy a tener que pensar para entenderte, no será que me gusta? ;)

Por cierto, aunque no venga a cuento en esta entrada, he leido algo que lo he relacionado con tu queridísimo Wittgenstein: “Lo sé, pero no lo sé explicar”, el nombre de tu blog da repsuesta a esto, jeje.

Saludos

oscar pintado dijo...

Eso de ocultarse bajo un seudónimo tan explícito ayuda a que no pueda responder a tu comentario como seguro que mereces. "Hasta desde casa voy a tener que pensar"... No dejes de hacerlo o algo estará fallando. Lo importante, como sabes, no es pensar, eso lo hace casi cualquiera. El reto es pensar bien, dar en el blanco, dar con la verdad. Eso es lo difícil y lo único valioso. Lo demás son baratijas, querida Alumna. Por si sirve de algo, la entrada del blog a la que has tenido la amabilidad de poner un comentario, está relacionada con la filosofía personalista, que espero que podamos abordar hacia el final de curso. Es verdaderamente apasionante darse cuenta de que la realidad no es lo que hay en mi cabeza y hacer el esfuerzo de acceder a ella, teniendo en cuenta que el otro es otro, no mi idea o mi esquema del otro. En fin, salud (mental ante todo) y gracias por el comentario.

Anónimo dijo...

Me ha encantado esta entrada, entro a menudo a leer los posts de este blog; produce en mí el mismo efecto que cuando te lavas la cara por las mañanas, sientes que despiertas del letargo nocturno y te ayuda a ver la realidad con la mirada más transparente y cristalina. Yo también lo he leído varias veces, y cada vez que lo leo, extraigo algo más. Por lo menos, me hace pensar y reflexionar un poco, algo que parece que no interesa ahí fuera: Pensar...

Iba a comentar mi punto de vista, pero no sería mi intención abordar el tema y confundirme, y confundir a los lectores con mi interpretación, así que me la guardo para mí, y sigo leyendo, sin perderme demasiado en mis propios pensamientos.

Salud y Gracias.

oscar pintado dijo...

Gracias Shanna. Ardo en deseos de conocer su punto de vista. Yo nunca me lavo la cara por las mañanas; ni tampoco por las noches. Pero creo poder entender lo que dice y es un alago.

Anónimo dijo...

¿"Responsabilidad" versus "deber"?

¿Tal vez no nos importa que es lo que hacemos si luego nos sentimos retribuídos de alguna forma? -No me importa no ser feliz si con eso cumplo con mi "deber", sé que después me lo agradecerán-. Cierto es, que confundimos Responsabilidad con Deber, la responsabilidad está referida a nosotros mismos, al amor, cuando hacemos algo desde el corazón, cuando el impulso nace de forma intrínseca desde el alma, el deber es para con los demás y disfrazado de amor incondicional se esconde la ambición, el deseo de reconocimiento, la ovación. Por otro lado, a colación del futuro, cuando amas a alguien, siempre esperas pasar un día más con ella, siempre necesitas llenarte de ella un poco más, mirarla una y otra vez, conocerla cada día de nuevo, volverte a enamorar de ella cada día y por eso, agradeces la posibilidad de tener el mañana, para seguir indagando en el misterio de la vida, del amor...La belleza consiste en destapar la fina sábana que cubre todo, para ver la esencia misma, lo recóndito, cada día descubres algo nuevo y aún así, te acuestas soñando con el mañana, embaucado por descubrir más, conocer mejor, y seguir amando aquello que te ha hechizado.

Otra cosa que me ha gustado en especial, ha sido la comparación entre: excusa y explicación. Las excusas son premeditadas e inexactas; las explicaciones nacen desde otro sitio, y digo nacen, porque como el nacimiento, son naturales, y como el nacimiento, sólo pueden crearse desde el amor.

oscar pintado dijo...

Muchas gracias por su comentario, Shanna. Ha escrito usted lo que pienso. Mi acuerdo se centra en una sutil y desbordante diferencia: la que existe entre lo que se es y lo que se tiene. En filosofía, que yo sepa, hay al menos dos obras que hablan de esto. La diferencia puede establecerse también entre disfrutar lo que se tiene y usar de lo que se dispone. El disfrute de aquello que tenemos no nos hace dueños, propietarios de ello, sino deudores, agradecidos participantes. Lo que usamos se gasta. Lo que disfrutamos crece cuanto más lo disfrutamos y, en esa misma medida, cada vez nos pertenece menos. Así es el amor, por ejemplo, que tiene que ver con el ser y no con el tener. El otro día visité una página chilena pro abortista y tuve las siguientes experiencias: esbocé sonrisas melancólicas -me daban mucha pena- e hice muecas de resignación (estaban llenas de eslóganes tipo nosotras decidimos y tal). El mensaje que me llenó de estupor y asombro es el que hablaba de que el feto es "propiedad" de la madre. Decían madre, y no sabían lo que estaban diciendo, claro. Pero deían propiedad sin las comillas. Es que son de los que creen que los hijos se usan y, por tanto, se gastan. Y uno puede disponer de ellos como aquello que le pertenece. El discurso que usted inaugura en con su comentario es de los que hacen imposible que sobre el aborto hay un debate, como no puede haberlo acerca de lo que hay entre mi mujer y yo, por ejemplo. Pero para hablar de amor estamos nosotros, los enamorados. A otros les interesa excusar su modo de vida hablando únicamente en clave de derechos. Eso es hoy lo políticamente correcto. digo hoy porque lo políticamente correcto va cambiando con el tiempo. El amor, por el contrario, no se gasta, sino que crece con el tiempo. Paradojas de lo eterno. Muchas gracias por enseñarme tanto.

Anónimo dijo...

Profe siento decirte que el atletico de madrid es un gran equipo pero no tanto como el Real Betis Balompie, profe somos la afcion mas marchosa y la mas cañera hazte del betis que es el mejor equipo que hay!
adios ojcar

Anónimo dijo...

creo que tu entrada sobre el derbi es bastante correcta ya que dices las cosas como son se sabe que el madrid jugó mejor y sinceramente nos robasteis mas de la cuentaun error vale pero 3?¿?y respecto
a lo de Van Nistelroy hay mucha gene que pensaba que sin él no seríamos nada y porsupuesto se demostró que se equivocaban pero lo que de verdad yo dudo es..y vosotros sin Aguero?¿?mmmm habrá qu verlo
SaLuDosSs PrOfEeE

Anónimo dijo...

soy natalia pasamontes porque pone anonimoooo que no soy anonimaaa

oscar pintado dijo...

Muy bien Natalia. Hay que reivindicar la identidad. Como Parménides. el comentario al asunto del Real Madrid no pinta mucho en este artículo. Pero lo importante es entrar en juego, qué duda cabe. Gracias por tu comentario. Los aficionados del atlético nos inspiramos en Sócrates y sabemos que la verdad y la humildad van unidas. El amor, a la verdad, obliga a intentar re-conocerse. Un saludo muy cordial,