jueves, 11 de enero de 2018

El marqués de Salamanca

En las vacaciones navideñas tuvimos la ocurrencia de hacer pasar una mañana turística por Madrid a mis hijos y sobrinos pequeños. Se trataba de ahorrarnos lo que un guía turístico estaba dispuesto a embolsarse por enseñarnos el Madrid de los Austrias, o de las Letras y, por supuesto, la zona del Bernabeu.

Hacía tiempo que llamaba mi atención el que el barrio de Salamanca debiese su nombre a un personaje, un marqués que, al parecer, había sido el propietario de los terrenos en los que hoy se sitúa la llamada "Milla de oro" y, en general, la zona más chic de la ciudad. Así que decidí ponerme a investigar un poco, con la intención de poder realizar una ruta que resultase llevadera para los niños y atractiva para los mayores. Todo partía de un plan, aprobado en el año 1860, llamado "Ensanche de Madrid", encargado a un ingeniero y arquitecto llamado Carlos María de Castro, que vivió en la calle Fernando el Santo, 14.

Comenzamos por el museo Lázaro Galdiano, en Serrano esquina con María de Molina y lo cierto es que deberíamos haber terminado allí. Por si no lo habéis visitado, he de decir que vale mucho la pena (el tipo fue ante todo coleccionista de arte y llegó a reunir 12.000 piezas). Después fuimos capaces de ver por fuera varios palacios y palacetes del barrio, la mayoría de ellos construidos a principios del siglo XX. Hay un arquitecto muy prolífico en el barrio, seguramente el que más edificios proyectó, llamado Saldaña, que realizó obras muy meritorias. Algunos edificios de la época están destinados hoy al alquiler de pisos, por ejemplo en la calle Velázquez, 63. Otros son sedes de embajadas, como la italiana, en la calle Lagasca.

Me arrebató la biografía del marqués, José de Salamanca y Mayol, malagueño de nacimiento, aventurero, hombre cercano a la corona de Isabel II, enemigo y luego amigo de Narváez, hombre de negocios, que había estudiado Filosofía y Derecho. Fue, según cuentan, el hombre más rico de Europa en el último cuarto del XIX; y fue capaz de arruinarse y morir en Carabanchel desposeído de todos sus palacios en el barrio que lleva el nombre de su título nobiliario.

Salamanca fue bastante "trepa", por lo que parece. Y leer sobre él y sobre Lázaro Galdiano te permite avanzar un siglo en la historia y ver que, por ejemplo, lo de defraudar y llevar colosales sumas de dinero a Suiza no es sólo un signo de nuestro tiempo, sino que se llevaba a finales del XIX. La historia de ese siglo no sólo es apasionante desde casi cualquier punto de vista, sino que permite entender la actualidad sociopolítica española mucho mejor que la dictadura de Franco y la democracia en la que más o menos vinimos al mundo los de nuestra Generación.

Qué bueno sería encontrar a alguien de entre nosotros que pudiera guiarnos, por poner un ejemplo, por el museo al aire libre que hay a la altura de la calle Eduardo Dato, en pleno Paseo de la Castellana y las zonas de alrededor, con esculturas de autores españoles de Vanguardia. ¿Sabíais que hay una "Sirena Varada" de Chillida? Otras excusas también serían buenas para que padres e hijos nos diésemos una vuelta para descubrir tanta realidad enterrada en Madrid, a la que no prestamos ojos porque el semáforo se ha puesto en verde. Sobra decir que es tan sólo una idea.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Hace unos años, en plena crisis, se publicó este artículo en la web que visito a diario por motivos profesionales:
https://www.notariosyregistradores.com/OPINION/2012-qui-prodest.htm

oscar pintado dijo...

Querido Samuel, muy tarde cumplo con el deber de responder al comentario. Reconozco que me he perdido en los detalles de los que habla el enlace. Va a ser que mi cabeza no da para lo que cabía esperar.

No pido un resumen, basta con saber que te has pasado por el blog. Mil gracias y un abrazo bien fuerte para ti y la familia.