jueves, 16 de octubre de 2008

Por qué diantres he dejado de fumar

Más peligroso que ser ciegamente atlético; más dañino para el equilibrio cardiovascular que conducir por Madrid rodeado de coches de autoescuela agresivos; más brutal que un electroshock, inhumano como el hedor del metro a las 19:45, de regreso hacia sí mismo sin soportarse tal y como nunca se supo que se era... Dejar de fumar puede matar. Dejar de fumar puede provocar pinchazos cardíacos, trastornos del sueño, del carácter. Tu mujer pensará que eres un marciano y, lo que es peor, intentará comprenderte -porque estás dejando de fumar-. Tú mismo intentarás comprenderte a pesar de que sabes que es una batalla perdida, nunca pensaste que tus dedos pudiesen estar tan huérfanos... Hay quien dice que son diez días de síndrome de abstinencia. Cuando era universitario se decía que entre uno y tres días. Mi hermana me dice hoy en el teléfono: "no te preocupes, en un mes se pasa" ¡¿Un mes?! Y quién me aguanta un mes. Llevo cinco días. Dejar de fumar produce somnolencia e insomnio al mismo tiempo, ansiedad e, indirectamente, caries -estoy de chupa chups hasta el gorro-. Dejar de fumar puede provocar indiferencia: que los niños se despiertan por la noche, pues yo me levanto, las veces que sea necesario; que me desvelo, que me tengo que levantar una hora antes de lo previsto. Me da igual, total, no puedo fumar... Esa indiferencia puede llevarte a pensar que eres tan inhumano que ni siquiera te apetece dejar espacio para el egoísmo. Dejar de fumar produce dolor de garganta, tos, mucha tos, mal cuerpo, y flojera de piernas. Dejar de fumar te deja la lengua roja como la de un bebé y sobre todo, dejar de fumar puede provocar muchas ganas de fumar. No me refiero a ganas de volver a fumar, sino simplemente a ganas de fumar. Lo que provoca un apetito por la nicotina tan incontrolado ha de ser, sin duda dañino par el organismo. Conclusión: dejar de fumar es mucho peor que fumar. ¿Por qué no vuelvo? Porque no tengo ganas de volver, sino ganas de fumar. Y no puedo fumar sin volver a hacerlo. Creo que las autoridades sanitarias deberían advertir: dejar de fumar puede provocar cáncer por haber fumado. Dejar de fumar puede provocar nerviosismo y trastornos de ansiedad. Dejar de fumar puede provocar ingravidez y ganas de ser poeta. Dejar de fumar -esto es mucho peor- puede provocar la ilusión de que puedes hacer aún algo con el deporte. Dejar de fumar puede provocar ... ¡¡¡¡¡¡que valores el ir a un gimnasio como una posibilidad más entre otras!!!!. Las autoridades sanitarias advierten que fumar puede provocar incomprensión y rechazo. Puede distorsionar la justa visión del mundo y hacer que te preocupes de si llevas palillos en los bolsillos. Dejar de fumar puede provocar que pidas tila en un bar como quien pide una caña. Dejar de fumar, lo digo complentamente en serio, puede matar. Si las autoridades sanitarias (¿el ministro?) advirtiesen de todos los peligros y riesgos que entraña dejar de fumar, el mensaje sería mucho más fructífero que el actual: "Fumar puede provocar impotencia". Pues nada, nada, deme una cajetilla de la de enfermedades cardiovasculares, si es tan amable. y a correr. No te jode...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

jajajaajaja, muy bueno Oscar, me ha recordado mucho a un cuplet que hizo mi colega Juan Carlos Aragon,el filosofo carnavalero a la ley de zapatero (es un poquito borde pero tiene arte) decía así:
"con esa ley antitabaco
yo me lo apuesto
que todos los problemas de España
estarán resueltos...
Porque el tabaco
lo que ha traido
hasta ahora mismo
es narcotráfico,
desempleo y terrorismo.
Yo lo dejé, pero conociéndome,
estoy seguro
que voy a volver
aunque solo sea por dar por culo"...abrazo y animo con los pistolines jejej.

Anónimo dijo...

por cierto, soy bruno que no se como firmar, abrazos

Anónimo dijo...

¡Ánimo Óscar! Siempre podrás decir que lo intentaste...

Muy bueno el post, me ha hecho reir.

oscar pintado dijo...

Gracias por vuestros ánimos, Bruno y Shanna. El sábado me volví a enganchar. Pero ahora fumo algo menos de la mitad. La voltereta de tu amigo, Bruno, me hace gracia y conozco a mucha gente que está de acuerdo con lo de la ley antitabaco. No obstante, voy a dejarlo de nuevo. Sólo he comprado un cartón y una cajetilla me dura dos días. Estoy meditando la posibilidad de la acupuntura y me estoy informando acerca del cigarrillo electrónico. al parecer sólo lleva nicotina. Por lo demás, no tengo ansiedad, el otoño vuelve a ser otoño y los niños también duermen mejor. ¿Misterio? No, creo que se levanta Beatriz mientras duermo como un lirón. Ahora bien, cuando me levanto, lo primero que hago ahora no es encender el pitillo y el ordenador. Pero ya no quiero hacer ciclismo, ni ir al gimnasio. Cuando un sabio chino con manos delgadas y corrosas, pacientes y ágiles me clave la agujita en la oreja volveré al fútbol o al padel. Y de paso tal vez me hago un piercing. Ya que estamos, ¿le pido a los Reyes Magos una bata blanca para mis clases de psicología? No sé qué hacer. Y en segundo lugar, ¿quién diantres es el/la amable Shanna. Que se desenmascare, aunque sólo sea para mostrar otro rostro falso. Abrazo

Anónimo dijo...

Jajajaja
Óscar, no vale volver... bueno, poco a poco supongo, como todo!
Como se enteren en clase... quizás ahora si aceptes el "piti" que te ofrecían para presionarte... jaja

Ánimo!!